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En el contexto actual, cada vez más personas han intentado deconstruir formas de vida que consideran antiguas o anticuadas, comienzan a cuestionar las verdades listas de la sociedad sobre cómo actuar, comportarse e incluso pensar.

Según Djamila Ribeiro, filósofa negra, feminista y escritora, el lugar que ocupamos en la sociedad nos trae diferentes experiencias y perspectivas. Así, el lugar del expresión pretende dar visibilidad a sujetos cuyos pensamientos han sido desatendidos durante mucho tiempo.

Entre las minorías más afectadas por el descuido de su lugar de expresión, se encuentran la población negra, las víctimas del machismo y el racismo, las mujeres y las poblaciones LBGTQIA +.

Para poder abarcar al ser humano en su conjunto en sus prácticas terapéuticas, el profesional debe tener en cuenta su propia historia de vida, ampliar la conciencia de la clase que ocupa socialmente y de las diferentes formas de experimentar la realidad.

Racismo

Muchas personas negras ya no se sienten cómodas buscando un terapeuta que no comprenda sus antecedentes y cómo afecta su vida y su forma de existir. La demanda de profesionales de diferentes realidades sociales y orientaciones sexuales, por ejemplo, se tiene muy en cuenta a la hora de elegir al terapeuta, ya que el cliente ha buscado ser acogido y comprendido.

Transfobia

Además de tener claro su propio lugar de expresión, desde el cual el terapeuta puede compartir experiencias y conocimientos que pueden ayudar a su cliente a tener más confianza en la relación terapéutica, es necesario evaluar sus propios prejuicios con diferentes localizaciones de expresión.

Ante la creciente diversidad, con personas que se sienten libres o buscan sentirse libres para ser como son y manifestarlo de manera saludable en la sociedad, el terapeuta necesita ser consciente de su nivel de tolerancia en diálogos con clases sociales, opiniones y puntos de vista diversos.

Ejemplo

La historia del terapeuta, su clase social, su raza, sexo y género pueden otorgar al terapeuta un lugar de habla único, desde el cual puede aportar contribuciones significativas a las intervenciones y al desarrollo de nuevos campos de estudio, creando nuevas formas de relacionar terapias con los seres humanos que los buscan.

Validación

Vivimos en una sociedad cuya jerarquía estructurada hace que las producciones intelectuales, el conocimiento y las voces de las minorías sean tratadas de forma inferior, provocando que estas personas permanezcan en un lugar silenciado. Por lo tanto, es parte de la orientación del terapeuta no someter, menospreciar, o devaluar los diferentes lugares de expresión y habla de sus clientes. Aceptar y fomentar la diversidad es reconocer que cada ser humano es único y merece su espacio.

Actualizar

El terapeuta actualizado busca abrir espacios para conocer diferentes realidades, y busca comprender y respetar lo que cada individuo aporta, dando libertad a su cliente para reconocer y comprender este espacio para que pueda organizarse y hablar con propiedad desde él.

Contexto

El escenario terapéutico es el lugar adecuado para que las distintas voces tomen espacio y puedan manifestarse desde la recepción y comprensión del profesional. A partir de la confianza que establece en las sesiones, el individuo termina llevando lo aprendido en terapia a su vida personal, y se siente seguro para ocupar su lugar de discurso con tranquilidad y de manera productiva.

¿Y tú, el terapeuta, sabes qué lugar de experisión y dónde hablas? ¿Tiene en cuenta las diferentes realidades sociales en su servicio y en su relación con los clientes?

¡Conviértase en miembro de AHDE y amplíe su contacto con la diversidad!



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