La hipnosis es un estado de conciencia elevada en el que se reduce la atención selectiva y periférica, a través de instrucciones preliminares y sugerencias llamadas inducciones hipnóticas, dadas por el hipnoterapeuta.
Pero comprendamos mejor estos términos antes de continuar.
Etimología
Del griego “hypnos”, sueño, y del latín “osis”, proceso o acción, la hipnosis debe su nombre al médico e investigador británico James Braid, quien la introdujo al estudiar una especie de sueño inducido.
Cuando se descubrió que la hipnosis no era un estado de sueño inducido, el término ya se creó y sigue utilizándose en la actualidad, aunque los registros encefalográficos muestran diferentes ondas cerebrales, frecuencias y patrones diferentes entre los dos estados.
Por esta razón, algunos hipnólogos utilizan los términos “dormir” o “dormir ahora” porque estas expresiones predisponen a la persona a entrar en un estado de trance, sin embargo, la persona hipnotizada percibe lo que sucede a su alrededor y puede reportarlo al estado consciente.
Atención selectiva y periférica
La atención selectiva es la capacidad del cerebro para seleccionar información importante en ese momento y hace que el individuo ignore información irrelevante.
La atención periférica se activa cada vez que tenemos un sentido más amplio de lo que está sucediendo en el contexto que nos rodea.
Ambos son importantes antes y durante el trance hipnótico, para que el individuo pueda dejarse entrar en trance, además de reducir el foco de las cuestiones que le rodean.
Hipnólogo
El hipnólogo es el erudito y terapeuta capacitado para aplicar la hipnosis. Para convertirse en Hipnólogo, el profesional debe buscar formación a través de cursos y entrenamientos gratuitos, además de contar con muchas horas de práctica para manejar las diferentes situaciones durante el trance.
Inducción o sugestión hipnótica
Hay una serie de técnicas para que el cliente experimente un estado de trance hipnótico:
- Mira la fijación;
- Sugerencias verbales;
- Inducción de relajación o visualizaciones;
- Concentración del foco de atención, habitualmente interiorizado;
- Aplicación de estímulos de cualquier tipo, repetitivos, rítmicos, débiles y monótonos;
- Uso de dispositivos electrónicos, con estimulación de ondas cerebrales alfa.
Entre ellos, la sugestión hipnótica es una serie de propuestas y estímulos calculados para que el cliente entre en trance. También se pueden utilizar durante el trance, donde el hipnólogo sugiere que el cliente experimenta cambios en sensaciones, percepciones, pensamientos o comportamientos, que pueden llevar a cambios en su vida.
La parte más importante de la inducción hipnótica es la relación que se crea entre el hipnólogo y el hipnotizado, ya que muchas personas tienen miedo de ser hipnotizadas. La confianza y cooperación entre ambos es fundamental para que el cliente no se sienta inseguro de revelar secretos contra su voluntad o realizar actos no deseados, lo que va en contra de la ética profesional.
Aplicaciones
Se sabe que la Hipnosis puede estar apoyando o incluso tratando una serie de trastornos biopsicosociales, como:
- Migrañas y dolores de cabeza crónicos;
- Mareos y vértigo;
- Gastritis;
- Halitosis;
- Asma bronquial;
- Ronquidos;
- Apnea del sueño;
- Rinitis alérgica;
- Orina nocturna al dormir;
- Incontinencia urinaria;
- Impotencia sexual;
- Eyaculación precoz;
- Vaginismo;
- Tensión premenstrual;
- Enfermedades asociadas a factores emocionales;
- Trastornos psicológicos como ansiedad, pánico, fobias y depresión;
- Analgesia en episodios de dolor agudo o crónico;
- Fibromialgia;
- Insomnio;
- Entre varias otras posibilidades.
Es por eso que la hipnosis se usa tanto hoy. Puede ampliar su capacidad para memorizar, ayudarlo a tener más disciplina y rutina, motivar su aprendizaje, contribuir al desarrollo de la serenidad, la relajación y la reducción del estrés.
¿Ha experimentado los beneficios de estar hipnotizado?